El pasado 19 y 20 de marzo me aventuré a bucear en el mundo de la 3ª edad, poco se me reveló que no supiera, en pocas palabras, que "la vejez da vértigo"!!!
La residencia se emplaza en la periferia del pueblo, en el límite del suelo urbano, a "las puertas del campo".
Se compone de dos cuerpos claramente diferenciados, el edificio original en una planta, situado al oeste, y la ampliación al este, de dos alturas. Quedan articulados por un patio interpuesto entre ambos, con una galería perimetral que permite los flujos en ambos sentidos. Al sur, en su parte trasera, se abre un amplio jardín que en época de climatología favorable hace las veces de "vergel" para los residentes.
Los internos se separan en sensiblemente autónomos, albergados en el módulo este, y los dependientes que residen en el módulo oeste. Especial cuidado se tiene en mantenerlos separados.
Cabe resaltar el inestimable trabajo que realizan día a día el personal encargado de nuestros ancianos.
Tomar fotografías de los residentes no estaba permitido, por lo que las imágenes parecen reflejar un "escenario fantasma".
El local solo está ocupado por hombres que juegan su partida de mus mientras otros hacen las veces de espectadores.
Las mujeres se limitan a pisar el local fugazmente, dos veces por semana, para hacer sus sesiones semanales de "aerobic".
Postergadas quedan igualmente las féminas a participar de los festivales taurinos televisados y las fiestas de hermandades.
Sin duda este extremo requerirá una atención especial en nuestro proyecto para tratar de actuar sobre el mismo.
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