NUBE DE INDIVIDUOS
La amalgama de personajes surge de un proceso minucioso de "toma de muestras",
un tratamiento quirúrgico y finalmente una reimplantación de cada sujeto.
En una primera
incursión física, para mi sorpresa, el paisaje resultó desolador, un entorno humanamente desierto.
Sin tirar la toalla y
valiéndome de una potente herramienta, las imágenes obtenidas por nuestro ojo que todo lo ve, una versión
modernizada del famoso HAL 9000, que
ya se ha encargado de realizar el ”trabajo
sucio del voayer”, procedo a buscar y localizar todos los habitantes del
entorno que rodea a nuestro ámbito.
Bingo!!! Estar están, pero no físicamente, sino
virtualmente, en un mundo digital, paralelo a nuestra realidad.
No sabemos ni cuándo
ni cómo, ni siquiera podemos afirmar que sean realmente reales, pero, insisto,
estar están.
Nuestros actores, que pacientemente son numerados individualmente, ya
cuentan con un carácter marcadamente
subjetivo, en tanto no solo por desconocer su tiempo, sino porque alguien o
algo ya los ha manipulado. Aparecen desfigurados,
sin gestos faciales, como espectros en
la noche, pero insertados en un escenario aparentemente diario.
Fingen realizar actividades cotidianas: se dirigen a la oficina, esperan a su hijo
a la salida del instituto, dan el último repaso a sus apuntes antes del examen,
charlan amistosamente en la calle, .......
Tras documentar características tales como
la altura, edad, actividad, vestimenta,
destino, posible estado anímico, etc. procedo a descontextualizarlos.
En una primera
incisión son amputados de su entorno, en "corrillo".
Seguidamente son recortados individualmente, etiquetados y guardados en cuarentena.
Finalmente,
pacientemente, son posicionados mediante
coordenadas cartesianas en un lienzo sobre el que se superpone una
simplificación bidimensional del entorno (lo que vulgarmente se ha dado en
llamar "plano" y responde a una abstracción compendiada de la
realidad).
Tras ser colocados y escalados libremente,
enfatizando el carácter subjetivo del resultado final, se completa la operación
con una rotación de cada individuo,
para dirigir sus testas en la misma
dirección hacia la que apuntaban sus caras sin mueca antes de ser arrancados de
su hábitat.
Rescatado del
confinamiento y reubicado el último de los especímenes, tras borrar cualquier
rastro del plano base puede uno alejarse y contemplar el cuadro final, la NUBE DE INDIVIDUOS.
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