viernes, 25 de octubre de 2013

DESCUBRIENDO A FISAC


Recientemente, durante la semana de la Arquitectura de Madrid, tuve la suerte de poder "sacar un poco de tiempo" para visitar algún edificio. Casualidades me llevaron a que las tres obras descubiertas hayan sido del arquitecto manchego Miguel Fisac Serna, otro de los muchos que me quedan-quedaban por descubrir.


El primero fue el Centro de Investigaciones Biológicas de los Patronatos Cajal y Ferrant, del año 1951, edificio formado por tres cuerpos dispuestos en U, en el cual destaca su marcada horizontalidad, potenciada por el inteligente empleo de un ladrillo diseñado por el propio Fisac. El ladrillo teja, como rezará en la patente, se caracteriza por estar configurado como un ladrillo hueco en el cual se dispone una de sus caras inclinadas que se prolonga para formar un goterón al colocarse en tabla sobre otra pieza formando la fábrica. Dicha fábrica carece de junta vertical de mortero al disponerse los ladrillo "a hueso", de manera que se consigue remarcar la horizontalidad del conjunto.


El segundo edificio visitado fue el Centro de Estudios Hidrográficos construido en Madrid en el año 1960, el cal se resuelve con dos edificios independientes que responden a dos programas diferentes, el primero, un bloque vertical que alberga las oficinas, y el seguno una nave horizontal donde se emplaza la gran sala de modelos. En este caso creo que su mayor interés reside en el empleo de sus famosas "vigas hueso" para salvar la luz de 22m de la sala de modelos.
Desgraciadamente la solución técnica de las vigas hueso, al menos en este caso, ha demostrado ser poco afortunada, ya que se tuvieron que remplazar por unas nuevas vigas prefabricadas, que aunque formadas de una sola pieza, se querido conservar el aspecto de las originales dejando una rebaba imitando las juntas entre piezas de las mismas.


El tercero y último visitado, y para mí el de mayor interés, fue la Iglesia parroquial de Santa Ana y Nuestra Señora  de la Esperanza.
En 1965 Fisac proyectó y construyó "el complejo parroquial de Santa Ana, en el joven y populoso barrio madrileño de Moratalaz. El templo, con el que tanto Casimiro Morcillo -entonces arzobispo de Madrid-Alcalá- como la empresa constructora URBIS quisieron honrar la memoria de la entonces recientemente fallecida Anaick, hija.del arquitecto Miguel Fisac, resultó una propuesta audaz, llena de vigor plástico y cargada de ilusionadas y renovadas intenciones litúrgico-funcionales: "Esta es la primera iglesia que proyecté con las directrices litúrgicas emanadas del Cóndilo Vaticano II. El planteamiento espacial era completamente distinto, casi opuesto al de las disposiciones anteriores. No había un único foco, el altar, sino un foco móvil". El planteamiento espacial al que se refiere Fisac tenía que ver con la nueva disposición de los fieles alrededor del altar para que la participación fuese más directa. Para ello -y con un proceso discursivo análogo al seguido para la iglesia del Teologado de Alcobendas- Flsac inventó la peculiar forma en planta de Santa Ana, concediendo mayor importancia a su eje transversal. Asímismo, para completar su atractivo proyecto y subrayar el carácter litúrgico de su diseño, Fisac modeló el muro curvo que cerraba el presbiterio con tres concavidades correspondientes a los diferentes momentos de la celebración litúrgica y a la propia reserva eucarística: la central para el altar -ara del sacrificio-; a la izquierda el conjunto sede-ambón, y a la derecha el sagrario. El conjunto se culminaba con la inequívoca firma de su autor -expresión de sus crecientes preocupaciones en el terreno de lo estructural-constructivo- mediante una cubierta de vigas-huesos de hormigón que, no llegando a tocar el muro en la cabecera permitían el paso de luz natural cenital sobre el elaborado conjunto presbiterial ideado por el arquitecto. Indudablemente el complejo parroquial se beneficiaba de las recientes investigaciones sobre las posibilidades expresivas del hormigón en las que Fisac se encontraba por entonces inmerso. Todo el conjunto se construyó con este material, dejando una lección magistral de modernidad y oficio.




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